El Espíritu de Cristiandad

Hay Cristianos espirituales, otra vez, hay Cristianos espirituales. Está habiendo unas luchas en la comunidad Cristiana en cuanto a cuál debe ser nuestra condición Cristiana. Claro estos problemas causan gran frustración en el corazón del pueblo de Dios. Nuestro esfuerzo será en concentrarnos en la lucha que enfrentan individualmente según se va buscando la forma de vivir una vida para Cristo.

Yo me imagino que uno de los frustrados sentimientos que tiene el cristiano es causado por el poco entendimiento de los no creyentes. Ellos piensan, “Seguramente que todos nosotros no somos tan diferentes al resto del mundo, ¿Lo somos?” La repuesta debe ser “¡Si, lo somos!” Las escrituras nos instruyen a nosotros a no conformarnos con el  estado e ideas de este mundo, pues esas cosas nos llevaran por mala dirección a nosotros.

Para ayudarnos más en nuestro entendimiento de los valores espirituales, vallamos a algunos pasajes importantes de las Escrituras. Romanos 12:2 dice, “Y no os conforméis a este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

 1. “No sigan la corriente del Mundo.” Los cristianos, no pueden permitir que las costumbres y actitudes de este mundo dobleguen y tuerzan su espíritu hasta que no sea reconocido. Las Escrituras enseñan que el mundo está controlado por espíritus de las tinieblas (Satanás). Jesucristo es la luz de nuestras vidas, el prometido enviado de Dios. Nosotros tenemos que diferenciarnos de los no creyentes en todas las formas. Ser como Jesús, buscar la perfección entre nosotros mismos.

Nosotros solamente estamos pasando por este mundo. Nosotros vamos en una jornada a través del camino de la vida encaminándonos hacia la eternidad con Dios. Según vamos viajando, nos encontramos con ciertas condiciones adversas. Como cristianos, nosotros tenemos que reaccionar apropiadamente hacia estas adversidades. Debemos mantener una calma especial y paz en nuestra mente, porque el Espíritu Santo está en nuestras vidas. No seamos conformistas; más bien, parémonos firme. Nosotros llevamos un mensaje visible para otros con respecto de nuestra fe. De la manera que lo llevemos puede darle a alguien un entendimiento erróneo de Cristo o la impresión correcta—que ser creyente hacen una gran diferencia.

2. “Más bien transfórmense por la renovación de su mente.” ¿Cómo, usted se preguntara, nosotros somos transformados por la renovación de nuestra mente? Bueno, esto necesita tiempo y esfuerzo de nuestra parte. Considere que muchos de los sentimientos de frustración que usted se enfrente desaparecerán cuando usted recibe una renovación completa de su mente y un espíritu regenerado. Usted cambiara, y se sentirá gozoso de ello.

Para transformar su mente como cristiano, usted debe de desprenderse de todas las actitudes incorrectas y de toda mala costumbre. ¡No tenga miedo! No es tan difícil como suena. Solamente se necesita esforzarse en la tarea y darle al Señor la libertad para que haga su parte. La parte más difícil es el decidirse a hacerlo. Transformación viene cuando tú haces una evaluación de cómo es tu vida; determina que es lo que te falta; y tratas de seguir una nueva actitud hacia Cristo Jesús.

Como puedes ver, nosotros debemos de mirar nuestra vida como lo hace Cristo, y entonces nosotros desearemos limpiarnos de nuestras malas actitudes que hemos estado adquiriendo a través de los años. Al buscar los deseos de Dios (su plan para nuestra vida), nosotros descubriremos que Dios nos ha puesto a nosotros en una posición única—nosotros hemos sido hechos Hijos de Dios. Somos hijos adoptados, permitiéndonos a compartir las Buenas Nuevas de Cristo.

3. “Así sabrán ver cuál es la voluntad de Dios.” Yo he meditado y he orado mucho acerca de la “voluntad de Dios” para mi vida. Quizás ustedes, como yo, tienen dificultades con esta frase. ¿Cómo nosotros determinamos la voluntad de Dios para nuestras vidas? ¿Cómo yo puedo estar seguro que lo que yo hago es parte de la voluntad de Dios? Mi repuesta es que la voluntad de Dios será tratada según nosotros damos una pisada hacia el frente en cada una de nuestras nuevas aventuras.

Muchos de nosotros no sabemos cuál sea la voluntad de Dios para nuestras vidas, porque nosotros no somos capaces de discernir el Espíritu de Dios en nuestros corazones. Siempre hay un conflicto que parece decirnos, “¿Porque debo yo de hacer la voluntad de Dios? ¿O que ganamos con buscar a Dios? ¿Cómo es posible el saber la voluntad de Dios para mi vida?” Después de estar luchando con estas preguntas nosotros muchas veces encontramos que la única manera para conocer el plan perfecto de Dios para nuestras vidas es conociendo a Dios personalmente. Nosotros tenemos que orar y luego escuchar según Dios nos habla. Él nos instruye a nosotros uno a uno en Sus caminos. Él es un Dios personal.

De la manera en la cual yo aprendo la voluntad de Dios es esta: Yo oro y le pido que me guíe. Yo le pido que me revele aquellas cosas que son necesarias que yo sepa. Yo le pido que sierre las puertas que me puedan conducir a hacer lo malo. Es necesario el ser sincero y estar seguro que nosotros queremos ser una persona de Dios—entonces nosotros estaremos seguros que él nos dirigirá a nosotros. De un paso de Fe y confié en El. Sepa que Dios tiene en su corazón tu mejor interés. Como cristianos, usted y yo hemos sido separados para realizar muchas tareas importantes para enseñar a otros el camino hacia Cristo. Pero primero nosotros tenemos que permitirle que nos muestre el camino cada día

Dr. Alfonso Díaz – Presidente

Instituto Bíblico Hispano Virtual Inc.

 

José, hombre de integridad

“José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando el en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es” (Mateo 1:19-20).

La firmeza de lo que creemos se mide por el grado de disposición que tengamos para sufrir por dichas creencias. José era un hombre con creencias definidas. Estuvo dispuesto a hacer lo bueno sin importarle el dolor que le causara. Sin embargo, José tenía otra característica; no solo hacia lo bueno, sino que intentaba hacerlo como se debía.

Cuando María le hablo acerca de su embarazo, José sabía que no era el padre. Como conocía bien a María, al explicarle ella lo sucedido y ver la actitud que tenía hacia la criatura que iba nacer, debe haberle sido difícil pensar que su novia había hecho algo indebido, Sin embargo, alguien era el padre de la criatura y le era difícil aceptar que ese “alguien” fuera Dios.

José decidió terminar con su compromiso, pero estaba decidido a hacerlo de manera que no trajera afrenta a María. Intento actuar con justicia y con amor. Pero Dios le envió un mensajero para confirmar lo que decía María y abrir un nuevo camino de obediencia para José: aceptar a María como su esposa. José obedeció a Dios, contrajo matrimonio con María y respeto su virginidad hasta que la criatura nació.

No sabemos por cuanto tiempo José vivió como padre terrenal de Jesús. Se le menciona por última vez cuando Jesús tenía doce años. Pero José entreno a su hijo en el arte de la carpintería, se aseguró que tuviera una buena educación espiritual en Nazaret, y estuvo llevando a toda su familia en el viaje anual a Jerusalén para celebrar la Pascua, lo que Jesús continuo observando durante sus años de adulto.

José sabía que Jesús era una persona especial desde el momento en que oyó las palabras del ángel. Su creencia firme en ese hecho, y su apertura a las palabras de Dios, lo habilitaron para ser el padre terrenal de Jesús.

Dios te bendiga

Dr. Alfonso Diaz

 

Los antepasados de Jesús

“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1:1).

Esta genealogía fue una de las formas más interesantes con que Mateo podía iniciar un libro dirigido a la audiencia judía. Como una genealogía podía demostrar la posición de la persona como elegida de Dios. Mateo comienza mostrando que Jesús era descendiente de Abraham, el padre de todos los judíos, y descendiente directo del rey David, con lo que cumplía completamente las profecías del Antiguo Testamento que se referían a la línea del Mesías. Los datos en cuanto a la descendencia eran cuidadosamente preservados. Esta es una de las muchas pruebas que presenta Mateo para demostrar que Jesús es el Mesías.

Más de cuatrocientos años habían pasado desde que se diera la última profecía del Antiguo Testamento y los judíos fieles en todo el mundo todavía seguían esperando al Mesías (Lucas 3:15). Mateo escribió este libro a los judíos, presentándoles a Jesús como Rey y Mesías, el prometido descendiente del rey David que reinaría para siempre (Isaías 11:1-5). El Evangelio de Mateo une ambos Testamentos y contiene muchas referencias mostrando como Jesús cumplió profecías del Antiguo.

En los primeros 17 versículos nos encontramos con cuarenta y seis personas, en el lapso de dos mil años. Todos fueron antepasados de Jesús, pero varían considerablemente en espiritualidad, personalidad y experiencia. Algunos fueron héroes de la fe, como Abraham, Isaac, Ruth y David. Otros tenían una reputación sombría, como es el caso de Rahab y Tamar. Muchos de ellos fueron personas comunes, como Esrom, Aram, Naason y Aquim. Y otros fueron malvados, como es el caso de Manases y Abias. La obra de Dios en la historia no está limitada por los pecados humanos, y El obra por medio de gente común. Así como Dios uso toda clase de personas para traer a su Hijo al mundo, El hace lo mismo hoy para cumplir con su voluntad.

Como María era virgen cuando quedo embarazada, Mateo incluye el nombre de José solo como esposo de María, no como padre de Jesús. La genealogía de Mateo muestra el linaje legal (o real) de Jesús a través de José. La línea ancestral de María se registra en Lucas 3:23-38. María y José eran descendientes directos del rey David.

Mateo señala la genealogía a partir de Abraham mientras Lucas está dirigido a los gentiles, por eso enfatiza a Jesús como Salvador de la humanidad.

Dios te bendiga

Dr. Alfonso Díaz

 

La historia de Jesús desde una perspectiva única como gentil.

Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen….” (Lucas 1:1-3).

Lucas nos narra la historia de Jesús desde una perspectiva única como gentil, médico y el primer historiador de la iglesia primitiva. Lucas no fue un testigo ocular del ministerio de Jesús, sin embargo, le interesa que los hechos se preserven con exactitud y que los fundamentos de la fe cristiana se trasmitan intactos a la siguiente generación. En el Evangelio de Lucas hay varias de las parábolas de Jesús. Además, más que en ningún otro Evangelio, da ejemplos específicos de la preocupación de Jesús por la mujer.

Muchos tenían tal vivo interés por Jesús que relataron por escrito sus experiencias personales con El. Lucas quizás uso esos relatos y todos los demás medios disponibles como material para una precisa y completa narración de la vida, enseñanzas y ministerio de Jesús. Debido a que la verdad era tan importante para Lucas, confió plenamente en los relatos de testigos presenciales. El cristianismo no dice: “Cierra tus ojos y cree”, más bien dice: “Descúbrelo”. La Biblia le anima a investigar todos sus mensajes, porque sus conclusiones acerca de Jesús son asuntos de vida o muerte.

Como doctor en medicina, Lucas sabia la importancia de ser minucioso. Uso sus habilidades en la observación y análisis para investigar las historias relacionadas con Jesús. ¿Cuál es su diagnóstico? ¡El evangelio de Jesucristo es verdad! Usted puede leer los relatos acerca de Jesús con la confianza de que se han escrito con una mente clara y una investigación completa. Debido a que el evangelio está fundado sobre una verdad histórica, nuestro crecimiento espiritual debe incluir diligencia, disciplina, completa investigación de la Palabra de Dios y además de comprender como Dios ha actuado a través de la historia. Si esta clase de estudio no forma parte de su vida, busque a un pastor, profesor o libro que le ayude a empezar y le guie en esta importante parte de su crecimiento cristiano.

Dios te bendiga.

Dr. Alfonso Díaz

Las cualidades de los padres de Juan

“Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elizabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor” (Lucas 1:5-6).

Dios siempre ha escogido personas humildes pero de grandes convicciones para cumplir su propósito. Al escoger a los padres que traerían al mundo a la persona que “prepararía para el Señor un pueblo bien dispuesto” (v. 17), Dios escogió a una pareja de ancianos que provenían de la raza sacerdotal.

¿Cuáles eran las cualidades de estos ancianos?  Veamos cuales eran los puntos fuertes y logros de Zacarías. Era un hombre justo, fue un sacerdote de Dios, una de las pocas personas que un ángel visito directamente. A pesar de todas sus buenas cualidades, no era perfecto. Como humano tenia debilidades y cometía errores. Como humano cuando el ángel del Señor le da la noticia de que sus oraciones habían sido escuchadas, y que en su vejes Dios les daría un hijo, Zacarías le responde al ángel: “¿En qué conoceré esto? pues yo soy anciano, y mi mujer avanzada en sus días”. Dios quería enseñarle a Zacarías, que los impedimentos físicos no limitan a Dios.

Por su parte, Elizabet aunque era parte de la raza sacerdotal, su ocupación era ama de casa. En sociedades como la israelita en las que el valor de la mujer se media por su habilidad para concebir hijos, no tenerlos, a menudo, conducía a dificultades personales y vergüenza. Para Elizabet su esterilidad significo soledad y sufrimiento, sin embargo, permaneció fiel a Dios. Elizabet era conocida como una mujer profundamente espiritual. Mostro no tener dudas acerca de que Dios podía cumplir con sus promesas.

Cuatro lecciones que nosotros demos aprender de estos ancianos son: (1) Los impedimentos físicos no limitan a Dios. (2) A veces Dios cumple su voluntad en formas inesperadas. (3) Dios no olvida a quienes le son fieles. (4) Los métodos y el tiempo de Dios no tienen que ser los que esperamos.

Dios te bendiga

Dr. Alfonso Díaz

La historia de Jesus

Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentara a mi pueblo Israel” (Miqueas 5:2).

La historia de Jesús es relatada por los cuatro evangelistas, es a saber Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Me llama la atención de la manera que cada uno de ellos comienza su narración de este evento.

Mateo comienza su historia presentando la genealogía de Jesucristo. Sabemos que cada uno de estos escritores, escribieron para diferentes personas. Mateo se interesó en presentar primero de donde humanamente descendía Jesús. Era importante para Mateo demostrar que Jesús era cumplimiento de las profecías dadas en el Antiguo Testamento. A David se le prometió que siempre habría uno de su descendencia sentado en el trono de Israel.

Marcos comienza presentando las profecías de Malaquías 3:1: “He aquí yo envió mi mensajero delante de tu faz, el cual preparara tu camino delante de ti”, y de Isaías 40:3: “Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas”. Marco omite el nacimiento y la historia de la niñez de Jesús, presentándolo cuando Jesús era de 30 años de edad y comenzando con su bautismo en el rio Jordán en el área de Nazaret de Galilea.

Lucas, el cual escribió para los griegos, comienza su relato explicando que su información la obtuvo de personas que conocían personalmente a la familia de Jesús. De todos los escritores, Lucas da una versión más amplia de la historia de la niñez de Jesús, mencionando anécdotas de su historia que los otros evangelistas no mencionan.

Juan comienza su historia presentando a Jesús como el Hijo de Dios, el cual existe desde “el principio”. “Todas las cosas por el fueron hechas, y sin el nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:3-4). Juan como Marcos comienza su relato, presentando a Juan el Bautista. “Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan”.

Aunque el comienzo de cada uno de los Evangelios comienza diferentes, los cuatro terminan con la crucifixión, la resurrección, y su ascenso al Padre.

Dios te bendiga

Dr. Alfonso Díaz

 

 

La promesa de un Redentor

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombre; y se llamara su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6)

La primera promesa de un redentor la encontramos en Génesis 3:15. Lo que nos da a entender que cuando los primeros seres humanos creados por Dios pecaron, ya dios tenía un plan preparado para su redención. Dios en su omnisciencia todo lo sabe, o sea que a Dios nada lo coge de sorpresa.

En el Antiguo Testamento Dios le había proveído a su pueblo un medio por el cual el hombre podía volver a tener comunión con Dios. Pero vemos a través de la Escritura, que el hombre a pesar de sus sacrificios no había ningún cambio en su vida espiritual. El hombre siguió viviendo una vida de pecado alejados de Dios. La maldad del hombre era tanta que cuando el pueblo de Israel estaba cruzando el desierto, rumbo a las Tierras Prometidas, llego un momento en que Dios “se arrepintió de haber hecho al hombre”. Pero le siguió dando oportunidad para que se arrepintieran.

Ahora Isaías nos dice: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isaías 9:2), “Porque tu quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Median” (v. 4). “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombre; y se llamara su nombre Admirable, Concejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (v. 6).

Ese niño nació. Creció y dio su vida en una Cruz, para que con su muerte, el hombre pudiera alcanzar vida eterna.

Dios te bendiga

Dr. Alfonso Díaz

Ministerio Creando Conciencia

46 Wellwod Circle

Vernon, Connecticut

 

El temor puede ser vencido

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza” (Salmo 46:1-3).

Uno de los mensajes más consoladores que se dan a los hijos de Dios en las Escrituras es la bella promesa de que el temor puede ser vencido a base de fe y confianza plena en el Señor.

En la Palabra de Dios se enfatiza repetidas veces la necesidad de valor para su servicio. En un momento trascendental de la vida de Abraham, Dios le hablo y le dijo: “No temas” (Génesis 15:1). Cuando Josué estaba a punto de enfrentarse a una batalla decisiva en la conquista de Canaán, Dios le dijo: “No temas” (Josué 8:1). Cuando Dios quería garantizarle al pueblo de Israel que El cumpliría cada una de las promesas que había hecho concerniente a ellos, les dijo: “No teman” (Isaías 41:10; 43:1).

Cuando el apóstol Pablo se encontraba en una embarcación en el mar Mediterráneo a punto de naufragar, a causa de una terrible tormenta, un ángel de Dios se paró frente a él y le dijo: “No temas” (Hechos 27:24). Cuando el anciano apóstol Juan cayo como muerto a los pies de “uno semejante al Hijo del Hombre” en la isla de Patmos, una mano poderosa y tierna lo toco y le dijo: “No temas” (Apocalipsis 1:17).

Yo quiero que nosotros, los cristianos, comprendamos que Jesús puede hacer alto a cualquier ola de temor que quiera apoderarse de nuestras vidas. Antes quisiéramos aclarar que hay una enorme diferencia entre el temor de Dios, que es el principio de toda sabiduría (Proverbios1:7; 9:10) y el temor que conduce a la esclavitud del alma (Romanos 8:15). El temor reverencial delante del Señor puede conducirnos a la libertad; mientras que los demás temores de la vida nos llevan a la esclavitud y la miseria.

El temor de Dios es un incentivo para que nos ocupemos de nuestra salvación, evadiendo todo lo malo y desagradable para el Señor. Los temores y ansiedades que surgen a causa de las circunstancias de la vida deben ser sometidos a Dios. Debemos escuchar por fe sus consoladoras palabras: “¡Tened animo; Yo soy, no temáis!”

¡Dios te bendiga!

Dr. Alfonso Díaz

Ministerio Creando Conciencia

La meta de Dios para nosotros es la perfeccion.

Devocional Diario 13 de Octubre de 2015
de Dr. Alfonso Diaz – martes, 13 de octubre de 2015, 09:55

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:1-2).

En estos dos versículos, Juan nos da el modelo perfecto de Dios para su pueblo, y su provisión de gracia para cuando haya fracaso. La expresión “hijitos míos” se podría haber traducido mejor por “queridos hijos”, y se refiere a todos los miembros de la familia de Dios. El modelo perfecto se nos presenta con las palabras, “estas cosas os escribo para que no pequéis”. Como Dios es perfecto, el modelo para su pueblo es de absoluta perfección. No sería Dios si dijese, “estas cosas os escribo para que pequéis lo menos posible”. Dios no puede permitir el pecado aun en el mínimo grado, y por ello nos pone por meta la perfección. El Señor Jesús hizo esto con la mujer que fue descubierta en acto de adulterio. Dijo: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más”.

Al mismo tiempo, el Señor conoce nuestra condición. Recuerda que somos polvo, y por tanto ha provisto por nosotros en caso que fallemos. Esto está expresado con las siguientes palabras: “y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. Un abogado es el que se pone al lado de otra persona en tiempo de necesidad para ayudar. Esto es exactamente lo que hace el Señor Jesús por nosotros cuando pecamos. Inmediatamente viene a donde estamos para restaurar nuestra comunión con él. Dese cuenta de que no dice, “si cualquiera confiesa sus pecados…” Como abogado nuestro, el Señor busca el llevarnos al punto en el que confesemos y rechacemos nuestros pecados.

Hay algo maravilloso en este versículo que nosotros no deberíamos pasar por alto. Dice, “si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre”. No dice con Dios, sino con el Padre. En otras palabras, sigue siendo nuestro Padre aunque pequemos. Esto nos recuerda la bendita verdad de que a pesar de que el pecado en la vida de un creyente rompe la comunión, no rompe la relación. Cuando una persona nace de nuevo se convierte en un hijo de Dios. Dios es por tanto su Padre, y no hay nada que pueda afectar a esta relación. Un nacimiento es algo que no se puede deshacer. Un hijo puede deshonrar a un padre, pero seguirá siendo su hijo por el hecho del nacimiento.

Dios te bendiga.

Dr. Alfonso Díaz
Ministerio Creando Conciencia
www.ministeriocreandoconciencia.org

Los requisitos de la comunion

“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad” (1 Juan 1:5-6).

Comunión es una situación en la que dos o más personas comparten cosas en común. Es una común unión o una sociedad. El apóstol Juan se ocupa de instruir a sus lectores acerca de los requisitos para la comunión con Dios. Al hacerlo, se refiere a las enseñanzas del Señor Jesús cuando estaba en la tierra. El conjunto y la esencia de su enseñanza era que “Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él”. Con estas palabras quiere decir que Dios es absolutamente santo, absolutamente justo y absolutamente puro. Dios no puede contemplar favorablemente ninguna forma de pecado. Nada le es oculto; “todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”.

Vemos que para que una persona esté en comunión con Dios, no puede haber ocultación del pecado. La luz y las tinieblas no pueden coexistir en la vida de una persona, al igual que no pueden existir las dos en una habitación. Si una persona anda en tinieblas, no está en comunión con Dios. Quien dice que tiene comunión con Dios y anda en tinieblas no ha sido salvado.

La comunión con Dios requiere que reconozcamos la verdad en cuanto a nosotros mismos. Por ejemplo, el versículo ocho nos dice que el negar nuestra naturaleza pecadora significa engañarnos a nosotros mismos y mentir.

Para poder estar en comunión con Dios, no debemos negar que hemos cometido faltas y pecados. Una y otra vez Dios afirma en su Palabra que todos han pecado. Negarlo es hacer a Dios mentiroso. Es una contradicción de su Palabra, y una negación de la razón por la cual el Señor Jesús vino a sufrir, derramar su sangre y morir.

Dios te bendiga

Dr. Alfonso Díaz
Ministerio Creando Conciencia
www.ministeriocreandoconciencia.org

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