Jesús, Un Nombre Para Recordar

“Y dará a luz un hijo, y llamaras su nombre JESUS, porque el salvara a su pueblo de sus pecados” Mateo 1:21.

“Y llamaras su nombre JESUS.” Para el tiempo que un niño nace, muy a menudo los padres ya han escogido un nombre—o quizás dos nombres, si son sabios. En ocasiones un nombre es impuesto a ellos. Algo les hacen a ellos estar seguros inmediatamente que este debe ser su nombre. De esa manera fue con Jesús. El nombre vino a José en un sueño. La Biblia toma muy en serio los sueños—como lo hacen la siquiatría moderna. Y cuando tú sueñas con un Ángel, tú estas seguro de prestarle atención. De manera que estas palabras fueron profundizadas en el corazón y la mente de José: “Y llamaras su nombre JESUS.”

Usted esperaría que el mensajero de Dios le diera un nombre extraordinario para un niño extraordinario. Cuando el profeta Isaías tuvo un hijo, el dice que el Señor le había dicho que “le pusiera por nombre, Maher-salal-hasbaz.” Esa es la clase de nombre que traen preguntas y que debe ser una carga a través de la vida—aun antes cuando no tenían que llenar tantos papeles. (Imagínese el problema que los autores de himnos hubieran tenido si José le hubiera dado ese nombre a Jesús.) Jesús era un nombre muy común entre los judíos, aunque no exactamente como nosotros lo pronunciamos ahora. Jesús es la versión al latín del griego “Yesous” el cual es una modificación del Hebreo Joshua (Josué). Como ustedes no han venido esta noche aquí para recibir una lección de etimología, déjenme decirle que el nombre dado a este pequeño niño fue Joshua (Josué), y cuando el fue a la escuela estoy seguro que habían mas Joshua (Josué) en la clase. Después de todo, unos de los más grandes héroes de los Hebreos se llamaba Joshua (Josué), y hasta la Biblia tiene un libro que lleva su nombre.

Yo creo que Dios quería que el llevara un nombre común. Porque en realidad el era en verdad uno de nosotros, compartiendo todos nuestro gozo como también nuestro sufrimientos, sujeto a los mismos peligros, sintiendo el calor y el frio, sintiendo hambre y sed, riéndose y llorando. De manera que el niño le dieron el conocido nombre de Joshua (Josué) igual que el hijo de Elizabeth, la prima de María, el cual había nacido seis meses antes, y se llamaba Juan, el cual hoy es un nombre mas conocido que Joshua (Josué).

Si, había algo en el nombre dado al hijo de María—y nuestro texto nos dice lo que es. El nombre Joshua (Josué) significa “El Señor os Salvara,” de manera, que desde el momento que nació el Hijo de María fue llamado “Salvador”, o “Libertador.” De manera que leemos, “Y llamaras su nombre Jesús, porque el salvara a su pueblo de sus pecados.” Y desde ese día hasta hoy el nombre Jesús ha sido levantado sobre todos los demás nombres en la tierra. Es el nacimiento del Salvador el cual estamos celebrando.

Los medios de noticias, no están bombardeando con todas las cosas terribles que están aconteciendo en estos tiempos. Pero en medio de todas estas cosas se levanta el persistente nombre de Jesús, a través de los siglos y a través del mundo, y el poder salvador que este nombre proclama. Este nombre dado a un pequeño niño judío en un establo en Bethlehem hace mas de dos mil anos ha venido a ser un nombre que debemos recordar. Es probable que más hombres, mujeres y niños conozcan ese nombre hoy, más que ningún otro nombre. Este nombre, no importa como lo pronuncie, es un acercamiento instantáneo entre aquellos que le aman. Y en lo que llamamos el mundo secular, el nombre de Jesús no se puede olvidar. Aun entre los que lo usan en forma burlona, sin quererlo le están brindando tributos al inolvidable Cristo.

Una buena parte de nuestro atento a vivir una vida Cristiana se puede describir como recordando el nombre de Jesús. En tiempo de gozo, como el día de Navidad, nosotros lo recordamos a El, y el gozo tiene un significado mas profundo. En tiempo de debilidad y depresión de espíritu, nosotros le recordamos, y el comparte nuestras cargas y nos guía a través de ellas. En tiempos de grandes tentaciones, le recordamos, y como Pablo, podemos escuchar su voz diciéndonos, “Bástate mi gracia”. En tiempo de culpabilidad, le recordamos y podemos otra vez escuchar su dulce voz diciéndonos, “Yo tampoco te condeno, vete y no peques mas”.

Alrededor del mundo ha habido un avivamiento de una oración usada por los monjes Rusos. Se llama “La Oración de Jesús” y es simplemente la repetición de las palabras “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mi, que soy pecador.” Esta es una buena forma de comenzar o terminar nuestro día, o de buscar fuerzas en cualquier momento y en cualquier sitio que te puedas encontrar.

“Y dará a luz un hijo, y llamaras su nombre JESUS, porque el salvara a su pueblo de sus pecados.” ¿Que mejor día para recordar el nombre de Jesús que el día de su nacimiento? Porque los canticos y las lecturas no simplemente nos llevan hasta el pesebre; ellas levantan nuestro corazón y nuestras mentes hacia el día cuando “Toda rodilla se postrara…y cada lengua confesara que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios el Padre.