Prisioneros de las Ilusiones del Pasado

Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto. Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuro contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojala hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.” (Éxodo 16:1-3)

 Introducción: Hemos hablado varias veces de esta porción Bíblica. Quizás algunos pensaran que sonamos como un disco rayado. Pero cada vez que leo esta escritura recibo algo nuevo de parte del Señor. Para mí es inexplicable que una gente que estuvo esclavizada por 400 años, y que lloraban ante Dios que los libertara, quisieran regresar a la esclavitud luego de tan pocos días de libertad.

Después de haber estado esclavizados por 400 años, Israel era libre de la opresión de los egipcios. Dios había tenido que enviar diez plagas, para romper el poderío de Faraón, pero al finalmente millones de Israelitas estaban siguiendo a Moisés rumbo a las tierras prometidas a Abraham. Después de partir los descendientes de Jacob iban a pasar por grandes desafíos. Las barreras ya no serían los carros de Faraón, sino las incertidumbres de sus corazones. La inseguridad al no saber lo que tenían que enfrentar en el camino.

Los propósitos de Dios para sus hijos era una pronta entrada a las tierras que fluían leche y miel. El deseo de Dios para Israel era que salieran y no regresaran jamás a la esclavitud de Egipto, física o espiritualmente. Aunque los Israelitas salieron como gente libre, muchos de la congregación retenían en su espíritu unas tendencias de regresar a las tierras de esclavitud.

Los cristianos contemporáneos que han sido liberados de la esclavitud espiritual por la Cruz de Jesucristo, tienen un parecido a Israel al no estar completamente liberados de las caídas profundas de este mundo y de Satanás. Los discípulos de Cristo, como Israel, son llamados a salir y jamás regresar a las fronteras que han sido impuestas por nuestras desobediencias. Como los Israelitas, los creyentes han sido llamados a salir de Egipto y mantenerse fuera.

  1. Las ilusiones del pasado son bien poderosas cuando faltan las provisiones. La nostalgia causa que deseemos los días y las cosas del pasado. La nostalgia nos hace desear carros antiguos, letreros de gasolineras antiguos, y aun hasta bañeras antiguas. Nostalgia hace que colguemos de la pared de nuestra casa cuadros y retratos antiguos.

 La nostalgia incluye un elemento significativo de la ilusión. Cuando deseamos reliquias del pasado nosotros nos olvidamos del trabajo que se pasaba en esos tiempos. Por ejemplo cuando nosotros pensamos en ese Chevrolet Bel-air del 1957, nos olvidamos que ese Chevrolet clásico no tenía aire acondicionado, trasmisión automática, power steering, ni radio AM_FM stereo. Si nuestro deseo del carro antiguo se hiciera realidad, pronto descubriríamos que íbamos a echar de menos los adelantos y comodidades inventadas desde el 1950.

Los Israelitas sentían nostalgia de las cosas cuando pensaban en la abundancia de comida en Egipto (v. 3) Estas ilusiones fueron despertadas por la escasez de comida en el Desierto de Sin. Aunque hacia solamente un mes que los Israelitas habían experimentado la intervención milagrosa de Dios, ahora su fe estaba siendo probada. En los días que precedieron este incidente, ellos habían consumido todo el pan que ellos habían sacado de Egipto. Las plagas estuvieron bien, cruzar el Mar Rojo fue tremenda experiencia, pero ahora tenían hambre, y no había nada para comer. Con labios secos y un estómago vacío comenzaron a pensar cómo eran las cosas antes. Ellos recordaron aquellos días cuando se sentaban a la mesa del banquete halla en Egipto. Parece que ellos nunca pasaron hambre en Egipto.

En su delirar, la cruel esclavitud del Faraón, la veían como escoger una pata de oveja. El ordinario, moldeado pan de la esclavitud era recordado como un pan de la mejor calidad. En la ilusión puesta por Satanás en ellos, ellos podían oler los panes según iban saliendo del horno. Por supuesto a esa ilusión le faltaban algunos detalles de la realidad. En Egipto ellos habían sufrido el asesinato de sus niños. Ellos habían soportado el sol candente del día en su doloroso trabajo construyendo los almacenes y monumentos que hacían sentir grande al Faraón. Cuando las reservas de alimentos se agotaron y su estómago comenzó a sentirse vacío, su mirar hacia atrás a Egipto fue transformada del factor de horror a la decepción de la ilusión.

Cuando vienen las pruebas, la ilusión del pasado se nos presenta como una alternativa, y eso ocasiona que regresemos al estilo de vida pasado. El que se ha recobrado del alcoholismo bajo la presión de los problemas en el matrimonio piensa que se sentirá relajado si se toma un trago. Solamente uno. En vez de recordar la enfermedad, problemas financieros, y los terribles problemas en el matrimonio relacionados a la atadura del alcoholismo, lo que viene a su mente es la ilusión de descanso y confortamiento. Cuando se enfrentan hijos jóvenes difíciles, Algunos padres pueden que empiecen a cuestionar su compromiso con la Iglesia y con Jesucristo y piensan en aquellos días que eran llenos de tranquilidad. Esta ahí la tentación de ahogar la presente disciplina espiritual de oración y de buscar la voluntad del Señor y tratar de volver para atrás a la manera vieja de vivir.

2. Viviendo entre pausas milagrosas.

Las murmuraciones o quejas de los Israelitas causaron un hueco en sus relaciones con el Señor y establecieron un habito de comportamiento en sus vidas el cual era difícil romper. En la próxima prueba, en vez de ser fuertes, ellos serían débiles y más susceptibles a desobedecer a su amado y santo Padre.

Los siguientes capítulos revelan que después de las poderosas plagas y la separación del Mar Rojo el Señor tenía planes milagrosos para dar de comer a su gente. Pronto descendería Mana del cielo para su pan, codornices serian enviadas para proveerle carne que saciara su hambre. Después de esto Dios iba llevar a su pueblo escogido a las fronteras del Sur de Canaán y mostrarles a ellos las tierras de la promesa.

Aunque su hambre era grande, Dios era más grande. El señor no ha abandonado a su pueblo, el pronto iba a actuar para proveer todas sus necesidades. La intención de la prueba del hambre era para levantar la Fe de la gente del pacto según ellos veían suplidas todas sus necesidades fortalecieran su Fe. Pero en vez de eso el pueblo seguía agarrado de las ilusiones del confortamiento del pasado, y estos pensamientos y acciones dejaron una indeleble destrucción escrita sobre sus vidas espirituales.

En las luchas de hoy el creyente se enfrenta a los mismos desafíos de fe. En el medio de las tribulaciones el creyente no puede abandonar su fe sino creer en Aquel que es mayor que el mundo. Nosotros no podemos llegar a la conclusión de que estamos en el valle de muerte, sino en un intermedio entre las provisiones milagrosas de Dios. Quizás el milagro no sea tan notable como el cruzar el Mar Rojo, pero de todas formas serán actos decisivos de Dios a nuestro favor.